LA BATALLA DE SEFORIA
La batalla de Seforia fue un conflicto bélico que tuvo lugar el 1 de mayo de 1187 entre los cruzados de Gérard de Ridefort y las tropas de Saladino.
El objetivo de Saladino en aquel
momento era recuperar Tierra Santa de manos de los cristianos. Firmó diferentes
treguas con señores cristianos, como Raimundo III de Trípoli, a cambio de su
protección sobre el principado de Galilea. De este modo sacó partido de las
luchas que se multiplicaban en el reino de Jerusalén.
Raimundo III de Trípoli quería a
Isabel como reina de Jerusalén, en lugar de Sibila. Pero Joscelino III de
Courtenay, tras alejar a Raimundo de Trípoli, pudo reunir a los barones y
lograr el apoyo de Gerardo de Ridefort, Reinaldo de Chatillon entre varios
nobles.
A principios de 1187, Reinaldo de
Châtillon asaltó una caravana de mercaderes que iba de El Cairo a Damasco y que
tenía derecho al libre paso. Saladino no
tardó en exigir la devolución de los bienes transportados por la caravana y la
liberación de los prisioneros. Reinaldo se negó a ello. Saladino ordenó moverse
a sus tropas de Siria, prometió la muerte de Reinaldo y empezó la marcha el 18
de marzo de 1187.
Pese a los consejos de Roger de
Moulins y de Raimundo de Trípoli, que sugerían refugiarse en una fortaleza,
Gerardo de Ridefort cabalgó hasta Nazaret, convocó ciento cincuenta hombres,
noventa de ellos templarios, trescientos jinetes auxiliares, incluidos el
mariscal del Temple y el maestre del Hospital, acometió a la caballería
enemiga, que en total sumaba siete mil hombres. El desastre fue evidente, y
cuando Balián, alcanzó el lugar de la batalla, no halló más que cuerpos
decapitados. Sólo Ridefort y otros dos caballeros lograron salvarse.
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