GUERRA DE LOS TRES ENRIQUES (1585-1598)
La Liga
Católica consiguió un gran triunfo, al obligar a Enrique III a firmar el
tratado de Nemours y un edicto en el que declaraba el catolicismo como única
religión y se privaba a los protestantes de cualquier cargo. A su vez, el Papa
Pío V
declaró decaído el derecho de sucesión de Enrique de Navarra. Ello
provocó la Guerra de los Tres Enriques. El rey intentó, a su vez, negociar con
los protestantes, lo que desencadenó la reacción de la Liga Católica. En la
jornada de las barricadas, el duque de Guisa se hizo con el control de París.
Enrique III cedió ante Guisa y reconoció al cardenal de Borbón como pariente
más cercano.
Sin
embargo, el rey francés decidió terminar con los Guisa. Enrique de Guisa fue
asesinado en el palacio de Blois por varios miembros de la guardia personal del
rey. También fue asesinado su hermano, cardenal de Guisa y el cardenal de
Borbón apresado. Estas ejecuciones provocaron una indignación popular contra
Enrique III, por lo que este tuvo que pactar con Enrique de Navarra. Pero el
descontento era tal que el 1 de agosto de 1589, el fraile dominico Jacques
Clement apuñaló a Enrique III, causándole la muerte.
Así dio
comienzo la última fase de la guerra civil francesa. Tras duras batallas,
algunas con victoria de Enrique de Navarra, este decidió convertirse al
catolicismo en julio de 1593, pactando una tregua con la Liga.
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