LOS MORISCOS QUE CONQUISTARON TOMBUCTÚ
En 1578 tropas portuguesas comandadas por su rey, Sebastián, desembarcaron en Marruecos para apoyar la candidatura de un pretendiente al trono en contra del sultán Abd el-Malik y su hermano Ahmad al-Mansur. Esta batalla terminó con la muerte del sultán, del pretendiente marroquí, del rey portugués y la entronización de Ahmad al-Mansur. El nuevo sultán trajo un conjunto de reformas provenientes de sus años como estudiante en Argel y Estambul que derivaron en una edad de oro y una gran expansión territorial.
Una de las
principales figuras que favorecieron esa expansión territorial fue un morisco
oriundo de la localidad almeriense de Cuevas del Almanzora que se llamaba Diego
de Guevara, más conocido como Yuder/Yawdar Pacha. Yuder fue secuestrado en una
incursión corsaria y llevado primero a Tetuán y después a Marrakech, donde fue
convertido en un eunuco. Con el paso del tiempo, fue escalando en el escalafón
militar hasta destacar en la batalla de Alcazarquivir.
El brillante papel
militar jugado por el morisco llevó a que el Sultán le encargara en 1590 la
tarea de someter al imperio de Songhai, que llevaba ocho años sin pagar
tributo. Yuder se puso al frente de un contingente de 5600 hombres, de los
cuales 2000 eran arcabuceros moriscos y renegados. En octubre de 1590, las
tropas partieron de Marrakech y llegaron a la curva del Níger en la primavera
de 1591, donde entraron en combate con los songhai y los derrotaron. Esta
victoria permitió a los moriscos tomar las ciudades de Gao, que era la capital,
y la ciudad de Tombuctú.
Con el paso del
tiempo, los moriscos que tomaron Tombuctú tuvieron hijos y estos se
consolidaron como un nuevo pueblo denominado “arma” en referencia a las armas
de fuego que usaron para tomar la región.
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