EL ORIGEN DEL TIEMPO
A día de hoy nos regimos por una organización, ya sea para trabajar, para estudiar o simplemente el día a día, y siempre nos organizamos en base al tiempo que tenemos. Pero, ¿quién fue el inventor de las medidas del tiempo?
Sin duda alguna, la primera civilización a la que nos tenemos
que remontar para pensar en esto son los egipcios. Y es que son ellos quienes
crearon una división del día compleja: ellos dividieron la noche en 12 partes
basadas en doce estrellas que aparecían en la nocturnidad. Así se comenzó a
dividir la noche en doce partes casi iguales. Esto fue recogido por los
griegos, quienes dieron, de una manera divinizada el significado del tiempo y
la hora. Las horas representaban las 12 hermanas hijas de Zeus y Temis. Aunque
al principio sólo eran Carlo, Audi y Talo, se añadieron otras nueve hermanas
para acompañarlas. Estas muchachas se encargaban del orden de la naturaleza y
la fertilidad de la Tierra.
Para la duración de los minutos, nos trasladamos a babilonia,
donde allí utilizan el sistema sexagesimal para los cálculos astronómicos y,
por ende, originan que una hora debe tener sesenta minutos y cada minuto sesenta
segundos. Estos términos se originan del latín ‘minutus’ (que significa pequeño)
y ‘secundus’ (que significa “que sigue al primero”). La pregunta ahora, por
tanto, es la siguiente: ¿Cuándo se empezó a utilizar todas estas conclusiones?
Estas conclusiones se pusieron al corriente entre todos los
países el 8 de febrero 1879, cuando el famoso ingeniero canadiense, Standfod
Fleming, creó el concepto de Horario Universal y el sistema horario de 24
horas, correspondiendo estas al número de husos horarios que surgen a partir
del meridiano de Greenwich, es decir, 24 husos.
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