SEGUNDA BATALLA DEL MARNE
La Segunda Batalla del Marne, llamada también batalla de Reims, fue una serie de ofensivas alemanas y contraofensivas aliadas que se dieron en la Primera Guerra Mundial, transcurriendo del 27 de mayo al 6 de agosto de 1918 en el noreste de Francia.
La batalla se produjo tras el fracaso de
la ofensiva alemana llamada “Michael”, la cual había surgido tras la salida de
Rusia de la guerra, permitiendo a Alemania congregar todas sus fuerzas en el
Frente Occidental. El objetivo de esta ofensiva era romper las líneas aliadas
antes de que Estados Unidos mandase más tropas a Europa, pero debido a la
resistencia de los franceses, el ataque fracasó. Tras este fracaso los alemanes
decidieron lanzar una ofensiva de distracción en el Marne, tratando de desorientar
a las tropas aliadas para poder atacar Flandes, donde tratarían de aniquilar a
la BEF, que eran los soldados más experimentados.
Con esta ofensiva los alemanes lograron
abrir una brecha en las defensas francesas, lo que obligó a las fuerzas de
reserva francesas a marchar al frente. El 17 de julio, entre las fuerzas
británicas, francesas y las unidades estadounidenses presentes en Europa, se
logró cerrar la brecha y rechazar a los alemanes, siendo esta la última
ofensiva alemana en la Primera Guerra Mundial. Desde finales de julio hasta el
6 de agosto se lanzó una contraofensiva aliada que recuperó todo el territorio
perdido y obligó a los alemanes a regresar a sus posiciones iniciales.
Las consecuencias de esta batalla fueron
las 293.000 pérdidas humanas entre ambos bandos. En esta batalla se produjo la
última ofensiva alemana de la guerra y fue el inicio de las ofensivas aliadas
que llevaron a la firma del armisticio en 1918. Esta derrota supuso un gran
golpe moral para los líderes alemanes, llevando a muchos de ellos a pensar que
la guerra estaba perdida.
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