LOS CINCO BUENOS EMPERADORES. LA DINASTÍA ANTONINA
El período
comprendido entre el año 96 y el 192 d.C., siglo en el que gobernó Roma la
dinastía Antonina, es considerado como la “época más feliz de la Historia
Antigua” (Casio Dión; Eutropio); tanto es así que algunos se refieren a él como
el período de los Cinco Buenos Emperadores (Maquiavelo; Gibbon), pues una
sucesión de gobernantes capacitados llevó al Imperio a su máximo crecimiento,
haciendo prosperar, a través de la romanización, a numerosas provincias y
ciudades. Se impulsó la cultura, la economía y las infraestructuras; se ayudó a
los más necesitados e incluso se mejoró la vida de los esclavos. Nerva,
Trajano, Adriano, Antonino Pío y Marco Aurelio son los protagonistas de esta
Edad de Oro en Roma, y podrás conocer más sobre ellos en cada diapositiva.
Marco
Coceyo Nerva, se preocupó en mantener unas buenas relaciones con
el Senado, devolviendo todo lo incautado en épocas anteriores y cesando las
persecuciones. Marco Ulpio Trajano, fue el primer emperador salido de una
provincia (Itálica, Hispania). Además de renovar las infraestructuras ya
existentes, Roma floreció todavía más bajo su mando. Durante estos años el
Imperio alcanzó su máxima extensión territorial, con la anexión de la Dacia y
algunos territorios en Oriente.
Publio
Elio Adriano, también de origen hispano, siguió la línea reformista y centrada
en las mejoras del imperio que habían mantenido sus antecesores, aunque no se
llevó tan bien con el Senado. Antonino Pío y su gobierno es sinónimo de paz a
la vez de aumentar el tesoro real.
Marco Aurelio,
siguió el rumbo fijado por sus ancestros en cuanto a reformas, pero su mandato
se vio enturbiado por diversas crisis, que tuvo que ir sofocando y que
lentamente iban desgastando al Imperio. Le sucedió su hijo, Cómodo, que, aunque
también forma parte de la dinastía, acaba con la obra creada por sus
antecesores
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