TEMA 10: ORGANIZACIÓN POLÍTICA DE LAS CORONAS ESPAÑOLAS

La Corona de Castilla se distinguió por ser una monarquía autoritaria, con amplios poderes. Junto a las Cortes surgen otras instituciones: la Cancillería (organización del reino), la Curia Regia (asesora al rey en el gobierno), Audiencia (administración de Justicia) y Hacienda (recaudación de impuestos). Además, los municipios contaban con la figura del corregidor, representante de la monarquía en el gobierno municipal.

En la Corona de Aragón la monarquía tenía limitadas atribuciones y estaba sometida al control de las Cortes. Cada territorio tenía sus instituciones y leyes. El rey lo era de todos, pero debía jurar lealtad y respetar el derecho y costumbres de cada territorio. Los monarcas establecieron así el pactismo, donde el rey aceptó compartir la elaboración de leyes con las Cortes y respetar los privilegios de los tres estamentos. Las principales instituciones de gobierno fueron: Las Cortes (existían en Aragón, Cataluña y Valencia) se convocan para refrendar la labor del gobierno del rey, aprueban los impuestos y gestionan el destino de estos, los Virreyes (representantes del rey en cada reino en ausencia de éste), la Generalitat o Diputación (controlan el gobierno mientras las Cortes no están reunidas). En Aragón existía además el Justicia Mayor, que mediaba en las pugnas y diferencias entre rey y nobleza.

En el Reino de Navarra, al igual que en Aragón, la monarquía era pactista. Los monarcas debían jurar los fueros, comprometiéndose a respetarlos a cambio de fidelidad. Las principales instituciones fueron el Consejo Real, con funciones administrativas y judiciales; las Cortes, en las que el rey juraba los fueros del reino; y la Diputación de los Tres Estados, que gestionaba la recaudación de los subsidios votados en las Cortes. La incorporación de Navarra a Castilla se hizo bajo el principio de que Navarra conservara su condición de reino y sus instituciones.