OTZI, EL HOMBRE DE HIELO
Hacia el año 3255 a.C., un hombre del Calcolítico fallece en extrañas circunstancias a causa de una herida de flecha. Lo conocemos como Otzi, el hombre de hielo y fue encontrado en los Alpes de Otztal, donde el frío extremo conservó su cuerpo intacto hasta su descubrimiento. Sus restos nos aportan información sobre varios aspectos de la Edad del Cobre: vestimenta, alimentación, enfermedades, estilo de vida e incluso tatuajes.
Se especula que estaba huyendo, aunque en el momento en el
que la flecha le atravesó se encontraba disfrutando de su última comida, según
los análisis realizados a su estómago. Pese a que se han encontrado restos de
sangre de otras personas en su ropa, no se sabe quién o quiénes eran los
perseguidores, ni sus motivos.
Entre sus pertenencias encontramos diferentes herramientas
como un hacha, un cuchillo y complementos como una vaina y una hoja de sílex;
llevaba un carcaj con varias flechas incompletas y un arco sin terminar, además
de tendones, astiles, puntas de asta de ciervo y materiales para la
configuración de vástagos. Portaba también dos cestos de corteza de abedul
cosidos con fibras de tilos. En uno de ellos se encontraron restos de brasas
que, junto al pedernal que llevaba consigo, le permitirían encender fuego.
Vestía con elementos hechos de piel de animal: un abrigo y unas calzadas de
piel de cabra doméstica, unas botas de piel de oso y un cinturón de piel de
ternero con un bolsillo que contenía una piedra de afilar, un perforador, un
punzón de hueso y un hongo yesquero para hacer fuego.
Otzi tenía aproximadamente unos 45 años, problemas
cardiovasculares e intolerancia a la lactosa. Padecía artritis, caries,
parásitos intestinales y vasos sanguíneos calcificados. Su cuerpo tenía más de
50 tatuajes, que forman grupos de rayas paralelas y cruces. Se encuentran en
las muñecas, el talón de Aquiles y la espalda. Están situados en los puntos que
probablemente le causaban dolor, además de que coinciden con las líneas de
acupuntura principales, por lo que su función sería mágico-curativa.
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