BOSNIA: EL INICIO DE LA GUERRA IMPREVISIBLE
El
panorama de Yugoslavia cambió radicalmente cuando la República Federal Alemana,
con su ministro de Asuntos Exteriores Genscher, reconoció unilateralmente la
independencia de Eslovenia y Croacia, con lo que la soberanía e independencia a
la carta que formulaba el Plan Carrington de 1992 fracasó estrepitosamente por
el hecho que ambos países podrían ir por libres. Además, al subirse el resto de
la Comunidad Europea al argumento de la RFA, aun fragmentó más el primer plan
de paz: la conferencia quedó diluida e hizo fallida el intento de gran acuerdo
de separación pactada de Yugoslavia.
¿Por
qué lo hicieron los alemanes? Debemos tener presente que Alemania se había
reunificado apenas dos años antes, con la caída del muro de Berlín en 1989.
Así, no querían una Croacia con fronteras diferentes, con el conflictivo
territorio de la Krajina reivindicada por los serbios, y al defender la causa
croata defendían también la alemana; querían evitar a toda costa la
modificación de sus propias fronteras. En este hecho, Bruselas también
coincidía, puesto que uno de los dictámenes era no alterar las fronteras de las
Repúblicas integrantes de Yugoslavia, según lo establecido en los Acuerdos de
Helsinki de 1975.
Así
pues, el fracaso del Plan Carrington activó la guerra imprevisible de Bosnia
(1992-1995), donde se enfrentaron tres etnias que hasta entonces se alternaban
pacíficamente en el poder local: croatas (católicos, minoría dentro de Bosnia),
serbios (ortodoxos) y bosnios (musulmanes, los más numerosos). La diferencia
multicultural y pluriétnica no llevó irremediablemente al conflicto, aunque sí
que dentro del mismo exacerbó el odio cruzado; por ejemplo, los musulmanes
fueron considerados como individuos ajenos a la comunidad, “traidores
históricos” como descendientes del Imperio Otomán.
Comentarios
Publicar un comentario