CROACIA: OTRO TIPO DE GUERRA
En ella intervinieron tres etnias diferentes: croatas (católicos), serbios (ortodoxos) y musulmanes. La raíz del problema se originó en Krajina, territorio fronterizo que literalmente significa “confín”, ya que eran los restos de la antigua frontera del Imperio Habsburgo y el Otomano, donde antes vivían agricultores-soldados fronterizos. Este territorio, croata en 1990, tenía población de etnia serbia, que quería la independencia en forma de república como evidenció el referéndum y la posterior rebelión, conocida como la “Revolución de los troncos”. En enero de 1991, además, se descompuso la Liga de los Comunistas de Yugoslavia, con la fundación de los Partidos Socialistas de las distintas repúblicas integrantes.
La República de Croacia aprobó la creación de una región autónoma, pero sin
derecho a la secesión. Los serbios de la Krajina no querían estos términos, y
el propio Milošević se encargó de enviar instructores militares. Esta táctica
contaminó de nacionalismo los objetivos del presidente de la República de
Serbia, sirviéndole para mantener a raya y contrarrestar a los partidos de la
oposición en Belgrado, sobre todo a los nacionalistas radicales, que así se
mantenían fraccionados sin poder forzar a Milošević. Éste, obtendría un buen
rédito de esta estrategia en el período 1991-2000, con el control de la
policía, el ejército y los paramilitares: su particular Vojna Linija;
cúpula de militares profesionales. A su vez, el Ejército Yugoslavo, con punto
neurálgico en Zagreb y en plena descomposición, contaba con mayoría de
oficiales serbios, y ayudaba también al Partido Nacionalista de serbios del
“Exterior” (SDS).
Finalmente, los planes del Ejército para conquerir Croacia se reactivaron
con la firma del Acuerdo de Brioni, que estableció de facto la
independencia de Eslovenia, retirando el ejército federal yugoslavo del
territorio. Milošević cortó las alas a su propio ejército antes de llegar a
Zagreb, pues quería asegurar el poder en Serbia y era consciente que Yugoslavia
no se podía reconstruir a sangre y fuego. Además, los Cascos Azules de la ONU
intervinieron para buscar un acuerdo de paz como Brioni. Había el conocimiento
implícito que todas las Repúblicas de Yugoslavia se independizarían,
reafirmando su soberanía con el Plan Carrington-Cutileiro (que fracasaría en 1992),
puesto que establecía que toda República que quisiera ser soberana había de
garantizar los derechos básicos, recogidos en la Constitución, a todas las
minorías étnicas en su territorio. Así, empezaron las negociaciones para los
acuerdos de una futurible recuperación de Yugoslavia previo acuerdo de las
Repúblicas que quisieran.
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