LA BATALLA DEL SOMME
La causa que
desencadenó la batalla fue el acuerdo de la Triple Entente en la Conferencia de
Chantilly, con la finalidad de crear tres nuevos frentes para acabar con la
guerra. Rusia atacaría desde el este a Alemania y a Austria-Hungría, mientras
que los italianos invadían los Alpes austríacos y Francia y Reino Unido
atacaban desde el oeste. Este plan se desbarató al atacar los alemanes Verdún,
convirtiéndose la ofensiva anglo francesa en una operación de distracción en
lugar de en la gran ofensiva planeada. El lugar elegido fue el valle del río
Somme y el objetivo era aliviar la situación del ejército francés en Verdún,
atrayendo hacia este nuevo lugar a los refuerzos alemanes. Lo que los Aliados
no esperaron fue recibir tanta resistencia, ya que las tropas alemanas habían
fortificado su posición mediante búnkeres, trincheras y túneles.
La batalla
comenzó con un bombardeo de artillería que duró una semana y la detonación de
túneles cavados por los británicos para tratar de destruir las trincheras
enemigas. Tras esto se lanzaron dos ataques, triunfando, parcialmente, el del
sur. Ese primer día fue un día negro para Reino Unido, ya que en apenas 18
horas tuvieron 57.270 bajas, de las cuales 19.000 fueron muertes. Durante los
meses de verano se logró avanzar en ambas posiciones, pero a costa de perder
miles de vidas. El 15 de septiembre de 1916 se inició la ofensiva final,
aplastando gran parte de las defensas alemanas gracias a una nueva arma, el
tanque.
Las consecuencias
de esta batalla fue la enorme cantidad de muertes que hubo entre ambos bandos,
con 1.100.000 muertos, y el debilitamiento de Alemania, que perdió a gran parte
de sus mejores oficiales y soldados.
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