ZAMA: LA GRAN DERROTA DE ANÍBAL

La batalla de Zama fue una batalla que sucedió en el marco de la Segunda guerra Púnica, que enfrentaba a Roma contra Cartago una vez más, guerra famosa por ser la cual en la que Aníbal Barca, famoso general cartaginés, cruzó los alpes al mando de un gigantesco ejército que incluía desde mercenarios hoplitas hasta elefantes de guerra con el objetivo de conquistar Roma, llevando la guerra lejos de su tierra natal, Cartago, en lo que hoy es Túnez.

Durante años, Aníbal vagó por la península itálica derrotando una y otra vez a los ejércitos y defensas romanas, saqueando ciudades y tomando suministros para mantener alimentado y listo a su ejército de 100.000 soldados (estimaciones) para cualquier eventualidad. Pero a pesar de la ventaja estratégica y numérica, ante la falta de armas de asedio y apoyo de Cartago, Aníbal fue incapaz de tomar la capital, Roma, alargando la guerra a una guerra de desgaste que, al final, concluiría en la derrota de Cartago y su posterior destrucción en la tercera guerra.

La Segunda Guerra Púnica duró 18 años en total, donde en la mayoría de estos Aníbal permanecía en Italia, hasta que un general romano decidió hacer lo mismo que el general cartaginés hacía, llevar la guerra a Cartago. Este general era Publio Cornelio Escipión, que sería conocido más tarde como “El Africano” gracias a su victoria en la batalla de Zama.

Su estrategia fue un éxito, los cartagineses fueron incapaces de detenerlo en África (nombre con el que se le conocía en ese nombre a túnez y las áreas circundantes) y como resultado de esto, el senado de la república de Cartago requisó a Aníbal para que volviera con su ejército a su tierra natal para defenderla, momento en el cual abandonó sus movimientos en Italia y partió hacia África dejando por el camino una gran parte de su ejército, que no podía transportar en su totalidad. Esto dejó a Roma y Cartago en igualdad de números para la batalla que podría decidir la guerra, que se libraría en Zama, cerca de la capital cartaginesa.

Ambos bandos contaban con (estimaciones modernas) 30.000 soldados y 6000 jinetes, contando 80 elefantes de guerra para el lado de Cartago. La batalla resultó en un fracaso espectacular para Cartago, que un año después, en el 201 a.C. tuvo que rendirse ante Roma con condiciones humillantes, que no le permitirían levantar cabeza nunca más.