LAS PIRÁMIDES EN EL ANTIGUO EGIPTO
Al principio, los faraones eran enterrados en Mastabas, que, aunque eran menos impresionantes, contenían grandiosos tesoros. Más adelante, se volvieron más poderosos y uno de ellos, llamado Zoser, encargó al primer arquitecto de renombre de la historia, Imhotep, un edificio funerario con el que ser recordado. Para hacerlo, Imhotep erigió una gran mastaba en Saqqara, y le colocó otra más pequeña encima. Posteriormente otra mastaba de menor tamaño encima y después otra, hasta llegar a seis. De esta forma, se construye la Pirámide Escalonada, que no es una pirámide como tal, pero sí un prototipo.
Más adelante, otro faraón, Snefru
trató de perfeccionar la Pirámide. Primero concluyó una ‘Pirámide Escalonada’
de ocho plantas que comenzó su padre; pero no se detuvo ahí, sino que siguió
introduciendo cambios. La tumba que se diseñó para sí era
la primera pirámide
sin escalones, pero aún no sabían construirlas. La pirámide se construyó con
sillares (bloques de piedra) demasiado pequeños y era muy hueca por dentro; de forma
que se acabó derrumbando parte del interior. Entonces se decidió reducir la
altura de la pirámide. Así, se conoce a la primera pirámide fallida “Pirámide
Acodada”, que se encuentra en Dahshur. No se conformó con eso, sino que en su
tercer intento completó en la propia Dahshur la primera pirámide perfecta, la
Pirámide Roja. Entonces, una vez fueron perfeccionadas, se fueron construyendo
de mayor tamaño y esplendor. El culmen de estas pirámides fueron las de Gizeh,
construidas por Keops (hijo de Sneferu), su nieto Kefrén y su tátara, tátara
nieto Micerinos. Pero en el Antiguo Egipto las distancias temporales son
tremendamente grandes.
Pero en el Antiguo Egipto las
distancias temporales son tremendamente grandes. Entre la construcción de la
primera pirámide, y la construcción de la última (Amosis I, en Abidos, de la
que hoy no quedan más que los cimientos) transcurrieron más de mil años. En
este tiempo, hubo numerosos cambios de poder, épocas de anarquía y guerras en
Egipto. Las pirámides más antiguas eran olvidadas, y quienes conseguían descifrar
la forma de entrar en ellas, las acababan saqueando. El imperio era cada vez
más pobre e inestable, pero los faraones seguían existiendo y querían contar
con tumbas seguras en las que guardar sus bienes más preciados para llevárselos
con ellos al más allá. Las pirámides ya no eran una opción, ya que, aunque fuesen
imponentes y les permitiesen ser recordados eternamente, también suponían un
caramelo para los saqueadores. No eran rentables de construir, por los elevados
costes; y eran objetivos claros en cuanto se descuidase la guardia.
Empezaron a construir “modestos”
Hipogeos. Estos eran templos funerarios, excavados en la montaña y que
contenían todo tipo de inscripciones funerarias, tesoros divinos y por supuesto
eran los lugares de descanso de los faraones egipcios. Se encontraban, como
todos los templos y edificios funerarios en el margen occidental del Río Nilo.
La teoría es que los egipcios entendían el Nilo como la fuente de la vida, y el
sol como sustento del Nilo y la vegetación. Así, colocaron sus ciudades en el
margen oriental (por donde sale el sol), un límite en el río, y sus edificios
dedicados a la muerte en el margen occidental (por donde se pone el sol); como
una metáfora de la vida y la muerte. Los hipogeos eran más discretos y mucho más
baratos de construir que las pirámides, con lo que triunfaron entre los últimos
faraones.
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