ORIGEN E HISTORIA DEL REINO DE PRUSIA
Seguro que muchos de vosotros habéis oído hablar de Prusia, seguramente porque es un nombre que aparece muy frecuentemente en los libros de historia. Prusia fue una nación que existió desde el 1525, precedida por la orden teutónica, hasta el 1871, seguida por el imperio alemán, aunque de hecho es en 1949 cuando desaparece la nación de Prusia en sí.
En el Siglo XIII se promulga la
Bula de Oro de Rímini (1226), el emperador Federico II Hohenstaufen y el duque
Conrado I de Mazovia dieron comienzo a las cruzadas bálticas con la intención
de cristianizar a los pueblos de la tierra de los prusios. Fue entonces cuando
la Orden teutónica se estableció en Prusia creando un Estado independiente, que
gozaba de los privilegios de los príncipes del Imperio. Tras las cruzadas, la
población autóctona disminuyó considerablemente, dando paso a una colonización
de la población alemana del territorio, naciendo así el pueblo prusiano alemán,
reemplazando a los prusianos bálticos que habían habitado la zona.
Dos siglos después, tras un
continúo estado de guerra y deterioro político que provocaron una crisis de
legitimación y mucho descontento en las ciudades, en 1451 estalló una rebelión
contra la Orden Teutónica para acabar con su gobierno teocrático y subordinarse
al Reino de Polonia de la dinastía Jagellón, dando comienzo a la Guerra de los
Trece Años que terminaría en una victoria polaca y en la creación de Prusia.
Tras la conversión del Gran Maestre al luteranismo, el país fue secularizado en
1525.
En 1618, el ducado de Prusia
entraría en una unión personal con el Margraviato de Brandeburgo bajo la
dinastía de los Hohenzollern. Tras las guerras ruso-polacas y la invasión
tártara de Polonia, Prusia finalmente logró su total independencia en 1657. En
la segunda mitad del siglo XVII, Prusia empezó a ser un país influyente en la
política europea. Con la creación de un ejército permanente en 1653 y la
centralización de la administración, demostró ser una potencia emergente con
numerables victorias militares e incluso la creación de colonias en África.
En 1701, Federico III de
Bradenburgo y elector del Sacro Imperio Romano, elevó el estatus de
Bradenburgo-Prusia al de reino, creando así el reino de Prusia. Dentro del
Sacro Imperio Romano nadie podía ser considerado rey a parte del Emperador y el
Rey de Bohemia, no obstante, la región de Prusia no pertenecía al imperio y los
Hohenzollern tenían soberanía plena allí, así que Federico III pudo ser
coronado como Federico I de Prusia con el consentimiento y reconocimiento del
Emperador Leopoldo I a cambio de una alianza con los Habsburgo, pues estaba a
punto de estallar la guerra de sucesión española.
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