LA COLONIZACIÓN EN LA ANTIGUA GRECIA CAP.03

En la aventura de la creación de nuevas colonias siempre intervenía un aristócrata como líder de los otros exploradores y campesinos. Una vez pactada la integración dentro de las nuevas tierras, muchos colonos se repartían las tierras que labrarían y dominarían, consiguiendo ser a la larga importantes terratenientes. Así pues, muchos nuevos pobladores se establecieron como agricultores de nuevas tierras, a la vez que entregaban productos que comerciaban con otras ciudades del mar Mediterráneo y el Egeo.

Para finalizar, estas tierras fértiles y rodeadas por agua muchas veces provocaron enfrentamientos entre colonizadores y la tribu ya establecida. Un ejemplo de ello es la colonización de Cirene, ya que sabemos por documentos que los libios estuvieron relegados a una clase marginada y sin poder político, y fue por ello que se sublevaron contra el nuevo poder invasor. En lugar de ceder tierras y poder a los libios, los griegos llevaron más colonizadores que arrebataron tierras a los libios, y debido a ello pidieron ayuda a los egipcios. Sin embargo, la coalición de libios y egipcios fue derrotada por los griegos, y ayudó a hacer caer el faraón Apries (570-526 aC), ocupando su lugar Amosis II, aliado a partir de entonces de los griegos antes de la conquista persa de Egipto por parte de Cambises II (530-522 aC) al hijo de Amosis II; Psamético III (526-525 aC).

Debido a la escasez de tierras para cultivar, que solían estar en manos de la aristocracia terrateniente, y al aumento constante de la población, los griegos tuvieron que expandirse por todas las tierras rodeadas por el mar Mediterráneo y el Egeo. Así pues, los nuevos colonos esperaban encontrar nuevas tierras que les proporcionaran nuevos cultivos y ganadería. Además, pretendían establecer nuevas redes de comercio y artesanía, adquiriendo materias primas en las nuevas tierras y nuevos mercados para comerciar con vino, cerámica, aceite y productos de lujo como con los que comerciaban fenicios y etruscos.