EL PERÍODO SENGOKU 2ªPARTE: DE LA DINASTÍA ASHIKAGA A LA TOKUGAWA
La lucha por el poder político acabará produciendo un enfrentamiento general entre los daimyo, que se enzarzan en un rosario de interminables guerras. Este desorden paradójicamente preparará, tanto por la eliminación de muchas familias feudales, como por el cansancio de guerra, el advenimiento de un poder más fuerte que sepa imponerse sobre la anarquía y la definitiva sustitución de los antiguos Shogun por una nueva dinastía: la gran confusión de esta época provoca una reacción de carácter autoritario y nacionalista.
Este carácter será encarnado por
teres figuras clave en la historia de Japón durante el período Azuchi-Momoyama.
Oda Nobunaga, el primero, y un gran militar, revoluciona el concepto de la
guerra, siendo el primero en utilizar en combate los arcabuces de importación
portuguesa. Será él quien acabe con los daimyo vecinos en el centro de Japón,
expulse a los Ashikaga de Kioto y se declare dainagon (consejero imperial). A
su muerte, Toyotomi Hideyoshi, un brillante político y estratega que había
servido a su antecesor escalando des de lo más bajo del ejército consolidó este
nuevo poder central en una serie de guerras y movimientos políticos excelentes
que garantizaron, conjuntamente con una gran reforma administrativa, la
consolidación del nuevo régimen.
Hubo en esta etapa dos aventuras
exteriores a Corea (1592 y 1597) que colapsaron totalmente. Por último, sería
Tokugawa Ieyasu quien acabaría por tomar el poder tras la muerte de Hideyoshi,
que consolidó definitivamente el poder de este nuevo shogunato con la decisiva
batalla de Sekigahara (1600). Tras eso, un largo período de paz política (que
no social) de unos 250 años esperaba a Japón. El período Edo traería paz a un
Japón que llevaba 150 años en guerra.
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