IBN JALDÚN: UN HISTORIADOR FUNDAMENTAL PARA LA MODERNIDAD


La edad media ha sido muchas veces (mal) interpretada por parte de la historiografía contemporánea ilustrada, considerándola simplemente como una época oscura y sin tener en cuenta que, desde la gran caída del Imperio Romano el 476 d.C. hasta el Renacimiento, se sucedieron más de 1.000 años de historia. Con todo, el retorno y retroceso en determinados conceptos fue evidente, como es en el caso de buena parte de la historiografía: la disciplina donde los historiadores se ocupan del estudio de la historia. Así pues, la historiografía europea medieval tuvo una omnipresencia prácticamente absoluta la teología para legitimar los nuevos estados, en el paradigma del historiador Eusebio (264-339dC), rompiendo con la tradición grecorromana y limitando mucho tanto su producción como influencia.

En el mundo árabe-musulmán, el historiador Ibn Jaldún, en árabe ابن خلدون (Túnez, 1.332 - El Cairo, 1.406) significó una verdadera revolución para el campo de la historiografía. Sin renunciar a la unidad religiosa ni al tiempo lineal (pasado, presente y futuro), Ibn Jaldún consideraba a Dios inmutable, pero no así el presente. Intentó dar una explicación al mundo musulmán, enmarcándolo dentro de la historia universal del momento, considerando la diversidad geográfica, cultural e histórica de los diversos pueblos que conocía. El suyo fue un acercamiento etnográfico muy relevante, con una clara vocación interpretativa y perspectiva analítica. Se consideraba heredero de la tradición grecorromana, tanto en términos de pensamiento como de historiografía: Homero, Heródoto, Tucídides, Polibio, Salustio, Tito Livio y Tácito son algunas de las influencias más palpables en su obra.

                                           Busto de Ibn Jaldún en la Alcazaba de Bujía, Argelia

Tunecino de origen andalusí, durante toda su vida se sintió parte del Al-Ándalus, donde su familia había tenido poder hasta que fue expulsada durante las guerras de conquista. Ibn Jaldún era la definición de lo que sería el arquetipo renacentista: matemático, astrólogo, experto en leyes y diplomático. Sirvió a varias cortes, entre ellas las del sultán egipcio, la de Castilla de Pedro I y la del conquistador mongol Tamerlán. De 1.375 a 1.379 se enclaustró para meditar, llevando a cabo su voluntad investigadora y educativa al escribir Los Prolegómenos (al-Muqaddimah en árabe), prefacio de su obra de historia universal. En ella versa sobre los métodos, la técnica y el objetivo de la nueva ciencia: la historia. Podemos considerar esta obra como el primer gran texto teórico de la Historia, dándonos indicaciones de cómo interpretar los cambios; mediante los hechos empíricos y la persona humana como ser social por naturaleza, inserto en la civilización.

Es revolucionario en la medida que deja la religión de lado para la explicación histórica, ya en el contexto que hemos mencionado del siglo XIV donde la teología era imperante como fuerza causal. Sin embargo, considera la propia religión cristiana y musulmana como un elemento para cohesionar tanto la sociedad como la política, a la vez que legitima el poder mediante la dualidad cielo-infierno. Todo ello sin olvidar el estudio de la economía, la cultura, las ciencias y el medio, que influyen en la configuración sociopolítica. El autor consideraba que toda actuación humana tenía una lógica (logos) subyacente, tratando siempre de conocer al otro al considerar su naturaleza humana como propia, en perspectiva holística: el todo supera la suma de las partes. También fue el primero en introducir la dinámica histórica de interacción del objeto y el sujeto histórico, y las causas internas y externas. Para él, los humanos estaban determinados por la realidad a la vez que determinaban la misma.

Como hemos visto, Ibn Jaldún estudia la sociedad humana en su conjunto, produciendo por primera vez una historia universal y global. Sin duda, la Ilustración de los siglos XVIII-XIX fue una gran deudora, ya que fue traducido a numerosas lenguas románicas, ejerciendo así una gran influencia sobre buena parte de la intelectualidad del siglo de las "luces y la razón", base del pensamiento moderno... pero este ya es otro capítulo de la historia.

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