BATALLA DE POITIERS (732)
La batalla de Poitiers, ocurrida en el año 732 en el centro de Francia, al norte de Burdeos, fue una contienda militar que enfrentó al Califato Omeya y al Reino Franco, en ese entonces comandado por Carlos Martel (Abuelo de Carlomagno), en el contexto de las expansiones musulmanas por Europa occidental después de la caída del Reino visigodo en manos de los árabes. La derrota de las fuerzas musulmanas en la batalla resultaría en la expulsión del islam en la Galia, el detenimiento de la expansión territorial que estos habían comenzado hace 20 años (año 711) con la invasión de la península ibérica y el fin de las ambiciones territoriales fuera de esta.
Según fuentes de
la época, Carlos Martel colocó su ejército en una posición defensiva y en
territorio favorable para el ejército Franco al cruce de un río, esperando el
paso de las tropas musulmanas. Cuando estas arribaron, ambos ejércitos
permanecieron a la espera del ataque, con solo pequeñas escaramuzas entre
medio, mientras que el ejército franco estaba en su mayoría formado por
soldados de infantería el de los musulmanes disponía de una sustancial fuerza
de caballería.
Al séptimo día
los musulmanes se dispusieron a atacar las posiciones galas confiando en la
superioridad táctica de sus regimientos de caballería. A pesar de que (según
fuentes musulmanas) rompieron varias veces el exterior del cuadrado que los
francos mantenían, no fueron capaces de romper las líneas francas y, ante el
peligro y rumor de rodeo por parte de la caballería gala, el resto del ejército
musulmán se retiró sin orden del general al-Gafiqi, resultando este muerto en un rodeo
mientras intentaba detener la retirada de sus tropas. Así como su general, el
resto de los musulmanes fueron rodeados, quitando la posibilidad de
reagrupación del ejército. El resto de los supervivientes de los vencidos
regresaron al campamento y se retiraron durante la noche para evitar la
persecución de los francos hacia los pirineos
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