EL SITIO DE ALEJANDRÍA (47 A.C.)
César llegó a Alejandría con ansias de encontrarse a su rival de la Guerra Civil, Cneo Pompeyo Magno, pero al llegar se encontró solamente con su cabeza, pues los tutores del faraón Ptolomeo XIII lo creían conveniente para agradar a César. Como bien es sabido, esto no fue bien recibido por el general romano, quién además actuó como emisario de Roma para reclamar el dinero que Roma había prestado años antes a Ptolomeo XII, padre del actual faraón; además se involucró directamente en la cuestión sucesoria al trono de Egipto favoreciendo a la co-regente Cleopatra VII.
Con esta delicada situación, Ptolomeo XIII junto con sus
tutores reunieron un gran ejército compuesto por aproximadamente 20.000
infantes y cerca de 2.000 jinetes, y pusieron sitio a la ciudad alejandrina.
Ante este episodio se vivieron los famosos acontecimientos de la quema de los
navíos por parte de Julio César para evitar cualquier intento de retirada.
Estos fuegos terminarían ocasionando el famoso incendio de la Biblioteca de
Alejandría.
La ciudad fue tomada casi por completo por los rebeldes,
exceptuando un pequeño reducto en donde la Legio VI Ferrata y algunas m
ilicias
itálicas de César resistían. Incluso tras unas negociaciones fallidas y un
“coup d’êtat” en el ejército rebelde, las fuerzas cesarianas seguían perdiendo
terreno, hasta que milagrosamente llegaron a principios del año 47 a.C. los
refuerzos romanos provenientes de Asia Menor. Encerrado en dos frentes, el
ejército sublevado cedió y Ptolomeo y sus generales perecieron durante la
huída. El gobierno entonces, y por preferencia de Julio César pasaría a manos
de Cleopatra VII, su amante, y el pequeño Ptolomeo XIV como corregentes.
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