BATALLA DE LAS ESPUELAS DE ORO
Felipe IV el Hermoso, rey de Francia y miembro de la dinastía
Capeta, continuó desde el inicio de su reinado con la estrategia de
fortalecimiento del poder regio a base de someter a los nobles díscolos dentro
de su reino que hacían del dominio real una ilusión. Uno de estos nobles
autónomos era el conde de Flandes título que ostentaba Guido de Dampierre,
quien temiendo el poder regio buscó alianzas con los principales enemigos de
Francia, los ingleses de Eduardo I. Sin embargo, la alianza no tuvo el
resultado esperado y para el 1300 Flandes ya había caído bajo el mando francés
y el conde Guido había sido encarcelado en París después de acudir allí en
busca del perdón real.
A pesar de
la rápida invasión, las tropas francesas fueron recibidas por los flamencos con
hostilidad y las revueltas populares se sucedían por toda la región. La
situación alcanzó un punto crítico cuando en la noche del 18 de mayo de 1302
los ciudadanos de Brujas abrieron sus puertas a un grupo de rebeldes que no
dudaron en degollar a la desprevenida guarnición francesa. La respuesta
francesa no se hizo esperar y Felipe envió a Roberto II de Artois y al
condestable De Nesle con la misión de apoyar a los defensores de Courtrai,
sitiada por los hijos del conde Guido.
Las tropas
francesas superaban enormemente a las de los flamencos, sin embargo, estos
aprovecharon su ventajosa situación junto al río Lys y fabricaron una serie de
trampas y obstáculos que una vez empezada la batalla el 11 de julio de 1302,
resultaron esenciales para frenar a la tan temida caballería francesa. El
resultado para los franceses fue desastroso, encontrando la muerte en la
batalla ambos líderes galos junto a casi mil de sus nobles caballeros. En señal
de victoria, los flamencos recogieron las espuelas de los jinetes, motivo por
el que está batalla pasó a la historia con el sobrenombre de la “Batalla de las
Espuelas de Oro” en referencia al elevado número de nobles que perecieron. Tras
el fracaso en Courtrai los flamencos recuperaron todo el territorio y gozaron
de una amplia libertad y autonomía hasta que Felipe atacó de nuevo dos años más
tarde.
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