LA EXPEDICIÓN MALASPINA
El 30 de julio de 1789 partían desde la ciudad de Cádiz dos corbetas al mando de los marinos Alessandro Malaspina y José de Bastamente en dirección al Nuevo Mundo. La conocida como Expedición Malaspina zarpaba con el objetivo de reconocer y cartografiar los extensos dominios de España en las colonias americanas y en el Pacífico, así como navegar por sus muchas posesiones investigando y recogiendo datos sobre la flora, fauna y sociedades de los pueblos nativos.
La expedición,
tras una escala en las Canarias, se dirigió a la actual Argentina, donde tomó
posesión, entre otras, de las Islas Malvinas. Después, rodearía el cabo de
Hornos para comenzar un periplo por la costa pacífica de América de sur a
norte. Durante este extenso viaje, la expedición haría numerosas paradas en
diferentes enclaves de los virreinatos del Perú, Nueva Granada y Nueva España,
internándose incluso en la región de Alaska, haciendo escala en la isla de
Nutka, que había sido ya reclamada por Juan Pérez de san Lorenzo como
territorio español en 1774. Durante todo este viaje, recogieron numerosas
muestras de plantas y animales, así como piezas arqueológicas y etnológicas de
culturas precolombinas y otras como la de los inuits o los nativos
norteamericanos de las grandes llanuras.
Habiendo
alcanzado los límites del mundo conocido, los navíos pusieron rumbo al
Pacífico, donde alcanzaron multitud de nuevos enclaves, tomando posesión de
ellos en nombre de la Corona Española y detallando con sumo cuidado las ventajas
en materia de defensa militar y del beneficio económico que la nueva posesión
podía suponer para España en sus intereses en el Pacífico. Entre muchas de las
visitadas se encontrarían las Tongo, las Nuevas Hébridas, las Marshall, las
Mauricio, las Filipinas e incluso Nueva Zelanda y las colonias de Cantón y Sídney,
tras la cual pusieron de nuevo rumbo a España, a donde llegarían en 1794.
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