BATALLA DE CERIÑOLA
La batalla de Ceriñola fue un conflicto armado ocurrido el 28 de abril de 1503 entre las tropas francesas y españolas durante la Segunda Guerra de Nápoles. Tras la inesperada ruptura por parte de los franceses del Tratado de Granada, por el que el Virreinato de Nápoles quedaba repartido entre España y Francia, el duque de Nemours forzó a Gonzalo Fernández de Córdoba a retirarse y refugiarse en la ciudad de Barletta, en 1502.
A la espera de refuerzos, las tropas españolas se dedicaron a practicar
salidas nocturnas contra los franceses, táctica heredada de la guerra de
Granada y que descolocaba a los franceses que no estaban acostumbrados a ese
tipo de conflictos. Durante la espera, llegaron a organizarse batallas entre
caballeros españoles y franceses. La más famosa tuvo lugar en 1502, y en ella
se enfrentaron durante más de 6 horas once caballeros franceses contra once
españoles. El resultado fue muy favorable a los españoles, resultando un
soldado muerto, otro muy débil y 9 heridos por parte francesa, y un soldado
rendido y dos heridos por parte española.
Finalmente, tras la victoria española a manos del almirante Juan de
Lezcano sobre la del almirante Prijan en la batalla de Otranto, pudo reforzarse
con mercenarios alemanes, con los cuales se lanzó a la ofensiva a mediados de
1503. Para avanzar con la mayor rapidez posible, el general español ordenó que
cada caballero transportase a lomos de su caballo a un infante y El Gran
Capitán empezó dando ejemplo él mismo.
Gracias a este hecho sorprendente para aquella época, el ejército
español logró alcanzar la pequeña villa de Ceriñola con tiempo suficiente para
preparar cuidadosamente la defensa ante el esperado ataque francés. Rápidamente
el general español ordenó preparar una zanja y con la tierra extraída levantar
una barricada sobre el que se aseguraron afiladas estacas. Cuando finalmente
las tropas del duque de Nemours se aproximaron a Ceriñola, los españoles ya se
habían preparado para la defensa.
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