LA CASA MILÀ
El Modernismo es una corriente artística surgida finalizando el siglo
XIX como contrariedad al academicismo muy vinculada con los avances de la
Revolución Industrial. El objetivo es construir algo funcional en una obra de
arte total, sirviendo esta casa de ejemplo, combinando todas las modalidades
artísticas y los motivos decorativos de elementos cotidianos como tapices,
muebles, lámparas o vajillas. El hierro, el acero o el vidrio fueron la base
para poder edificar en altura, disponer de cristaleras o añadir balcones y
barandillas. El ascensor, la electricidad o el agua corriente llegaron para
quedarse. Es un arte burgués, siendo el paradigma de hogar para esta nueva
clase en los centros de las grandes ciudades, reflejando su prestigio y
economía. Forma parte del Ensanche de Barcelona.
Gaudí edifica por inspiración divina y natural. En estética, no existen
líneas rectas, retratos, y prima la irregularidad, la vegetación y las formas
orgánicas. Las estancias son espacios diáfanos y participativos escapando del
modelo de vivienda del momento. Las alusiones simbólicas son frecuentes en la
fachada y en el tejado, tanto católicas como a la señora Segimon.
La Pedrera (cantera en catalán) es un denominativo cariñoso hoy, pero
despectivo entonces, pues tampoco es habitual encontrar hogares con esta
fachada. Ana Viladomiu es escritora y habitante representativa. Es de agradecer
su constante difusión de imágenes sobre su vivienda en su perfil de Instagram,
donde predomina el blanco y la decoración acogedora. En su primer libro, La
última vecina, relata su cotidianidad y la historia del edificio con sus
funciones y habitantes hasta el día de hoy.
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