BATALLA DE VERDÚN
La batalla
de Verdún fue un enfrentamiento de la Primera Guerra Mundial, entre Alemania y
Francia. Se desarrolló del 21 de febrero al 18 de diciembre de 1916, siendo la
batalla más larga de toda la guerra y también la más sangrienta de toda la
Historia.
La causa de
la batalla fue la intención de los alemanes de atraer al mayor número de tropas
francesas hacia las colinas que rodeaban la localidad de Verdún, con el
objetivo de destruir las divisiones francesas y de crear una “picadora de
carne”, aniquilando a miles de soldados franceses y así obligarles a rendirse.
Pero lo que ocurrió fue todo lo contrario.
Tras un gran
avance alemán, destacando la caída del Fort Douaumont, la situación se estancó,
debido a la resistencia de las tropas francesas y la construcción de
trincheras. Durante 10 meses, ambos bandos se dedicaron a lanzar oleadas de
infantería que morían inútilmente en una tierra devastada por los proyectiles
de artillería lanzados diariamente. Durante los primeros meses de batalla, las
tropas estuvieron dirigidas por el general Philippe Petain. Este promovió una
defensa basada en la mejora de las instalaciones, como la carretera que
recorría Verdún y por la que llegaban las tropas y los suministros, y el relevo
de las divisiones de infantería, algo que permitía a los soldados descansar.
Estos relevos no se dieron en el bando alemán, provocando el agotamiento de sus
tropas. Los últimos meses, el general Robert Nivelle tomó el mando, lanzando
contraataques aprovechando la eficacia de la artillería francesa, la ofensiva
del Somme y el agotamiento de las tropas alemanas.
Las
consecuencias de esta batalla fueron la gran cantidad de bajas de ambos bandos,
sufriendo más de medio millón de heridos y 700.000 muertos aproximadamente.
Esta batalla creó una cicatriz muy profunda entre Francia y Alemania, llegando
a ser motivo de rencor en la Segunda Guerra Mundial.
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