LA ORDEN TEUTÓNICA

Como tantas otras la Orden Teutónica u Orden de los Caballeros Teutónicos del Hospital de Santa María de Jerusalén, fue una orden militar, religiosa y hospitalaria fundada en la ciudad de Jerusalén en 1190, mientras transcurría la 3ª Cruzada con la intención de socorrer a los enfermos y heridos del asedio de Acre.

En un inicio, la orden se asemejó tanto en estructura como principios y misiones a otras como la de San Juan de Jerusalén o la del Temple, sin embargo, pronto adoptaría un rumbo muy diferente a estas sobre todo cuando en el primer tercio del siglo XIII se trasladan a Venecia y de ahí a Transilvania ante la más que evidente derrota de los cruzados en Tierra Santa. Sin embargo, tampoco su estancia en el entonces Reino de Hungría fue prolongada pues fueron expulsados en el 1225. El motivo de su expulsión será el que defina a la propia orden y es que esta, a diferencia de las antes citadas, no se alineaba directamente bajo el mando del papa, sino del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Ambas instituciones sostenían una prolongada querella que emanaba de las funciones del emperador y el papa en tiempos del Imperio Romano y que se habían vuelto a poner en funcionamiento en el periodo de Carlomagno, por lo que los teutones se convirtieron en una suerte de brazo ejecutor de la doctrina religiosa del Sacro Imperio.

En este sentido, cabe especialmente destacar la participación de los teutones en las cruzadas bálticas, en las que se dispusieron, junto con el emperador alemán, a tomar a los pueblos bálticos paganos, obteniendo en el proceso sonadas victorias contra los lituanos y los polacos y estableciendo un poderoso estado teocrático bajo la autoridad del gran maestre y ligado al Sacro Imperio en la región de las actuales repúblicas bálticas. Desde allí, la Orden gozó, sobre todo durante el siglo XIV, de un amplio poder y pasó a formar parte de la Hansa. Sin embargo, la alineación de polacos y lituanos llevó a una gran derrota de los teutones en la batalla de Tannenberg (1410), lo que inició su declive hasta la pérdida de todos los territorios en el 1525. Aunque privada de su señorío, la Orden pervivió y desde el siglo XIX esta es una organización católica de carácter caritativo.