EL MILAGRO DE DUNKERQUE
El camino que lleva hasta este momento se inicia con el ataque por
parte de Alemania a Francia, Bélgica, Luxemburgo y Países Bajos en 1940. Tras
la operación de envolvimiento por parte de las tropas germanas, la Fuerza
Expedicionaria Británica y las tropas francesas y belgas se retiraron hacia la
costa, llegando hasta Dunkerque. Allí esperaron a ser evacuados a Inglaterra a
través del Canal de la Mancha. Durante 6 días la Marina Real Inglesa rescató a
casi 340.000 hombres, en su mayoría británicos, pero también franceses, belgas,
holandeses y polacos. Esta cifra fue más elevada de lo que se esperaba, ya que
los organizadores de la operación estimaban que tan sólo se rescatarían a unos
50.000 hombres.
Las tropas que no fueron evacuadas se rindieron más tarde, engrosando
la población de los campos de prisioneros. Este rescate permitió que todas esas
tropas pudiesen participar en operaciones posteriores, como las batallas en
África o en el Día D. Aún así, todo el material y equipamiento que llevaban
estas unidades tuvo que ser abandonado en las playas francesas, por lo que una
parte fue autodestruida y el resto capturada por los alemanes, de la cual la
mayoría sería transformada y utilizada en la invasión de la Unión Soviética,
iniciada en 1941.
Cabe destacar la dificultad de la operación, ya que el rescate se llevó
a cabo bajo continuos ataques hacia las tropas que se encontraban en las
playas, principalmente por la artillería alemana y la Luftwaffe, y hacia los
barcos que participaron, destacando destructores, que fueron acosados por la
aviación y por submarinos. Pese a ello la operación fue considerada un éxito
por el bando aliado, ya que se consiguió rescatar a la gran mayoría de las
tropas.
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