CINE SOVIÉTICO: REVOLUCIÓN, VANGUARDIA, E INNOVACIÓN
Desde época revolucionaria, el cine era considerado un gran medio
social para la educación de las masas, un medio de comunicación esencial con el
cual acabar con la tasa de analfabetización de la población de lo que iba a ser
la nueva Unión Soviética. El gobierno revolucionario nacionalizó desde los
primeros momentos la industria cinematográfica, lo que conllevaría a la
creación de numerosas escuelas destinadas a la formación de artistas o
artistas, y así moldear el cine soviético. La creación de la vanguardia
soviética provocaría la aplicación de un cine ideal para la revolución, pero
también de la inauguración de un nuevo cine de vanguardia basado en la
experimentación.
La vanguardia soviética fue así el lugar donde emergerían grandes
figuras de la historia del cine, incluyendo también sus películas. Serguéi Eisenstein
es el mayor ejemplo de este cine con filmaciones que han quedado grabadas en
los anales de la cinematografía, “El acorazado Potemkin” y “Octubre” en
colaboración con G. Aleksándrov. Otras grandes figuras fueron Lev Kuleshov con
la creación de la Escuela de Cine de Moscú, también Pudovkin, considerado junto
con Eisenstein el mejor cineasta de la época, o Dziga Vértov con el Cine-Ojo y
Cine-Verdad y películas destacadas como “El hombre de la cámara” o su
cortometraje “Juguetes soviéticos”.
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